lunes, 30 de octubre de 2017

Enrique Dussel y el Poder

El siguiente artículo parte de los aportes presentados por Dussel en una Escuela de Formación Política en una de sus sesiones; en ésta conferencia el maestro suscita la discusión por entender qué es el “poder” y las implicaciones que tiene cada concepción.
Comúnmente la definición de poder que se imita es aquella dada por quien ejerce el “poder”, lo cual no se parte de una concepción  teórica, sino práctica, situación que da a entender que la conceptualización dada parte de una vértice imitativa en la que se da de acuerdo a la comprensión partiendo de las conductas de quien lo ostenta; la compresión de poder está precedido igualmente por todos esos teóricos de la modernidad, pues reducen el concepto a una cuestión meramente de dominación , la cual se caracteriza por: a) tiene poder el que domina y b) tiene obedientes (si nadie lo obedece no tiene poder). Se entiende entonces que ésta visión percibe el poder como un ejercicio de dominación legítima ante obedientes (Weber). Con una definición así del poder, la política no puede ser un noble oficio, puesto que se convertiría en dominación.
En la nueva definición teórica de poder con validez universal se entiende como “responder a lo que la gente necesita, es decir, las relación ya no se da por dominación sino  por una “servidumbre”, el que es autoridad está al servicio y se confunde con la población.
Éste tipo de poder tiene tres características:
a) el poder es fuerza que proviene de la voluntad de vida (es decir, supervivencia de los  seres vivos en la lucha con la naturaleza haciendo uso de instintos primarios y la racionalidad misma), obtenida al convivir en una comunidad política – aquí, la sede del poder es el pueblo, es decir la voluntad de vida de un pueblo-.
b) se necesita del consenso del pueblo, el cual se gana con razones (es un momento racional de la política), entre más consenso más fuerza tiene el poder -si se divide el consenso se le reduce la fuerza al poder y se provoca que el pueblo se enfrente entre ellos se generará una guerra civil-.
c) el poder tiene que ser factible (ésta es la esencia estratégica de la política), es decir, no se puede hacer algo imposible (factible es “lo posible”) y se debe contar con la voluntad de la vida  y el consenso del pueblo, si no se tiene en cuenta estos dos aspectos la política no tendría finalidad.
Desde ésta característica pueden generare tres posibilidades:
1) de la extrema izquierda (que cree que es posible lo imposible), en donde se dice que el Estado es dominador y la forma Estado ha sido superada, por ende, hay que disolver el Estado. Aquí no se tiene en cuenta que sin Estado no existiría organización política (al destruir el Estado se destruye la posibilidad de la política), la que es necesaria para limitar las voluntades.
 2) De la derecha, que dice que las instituciones son “sagradas” y no se pueden tocar (no importa si son injustas).
3) La posibilidad de la política está entre la imposibilidad del anarquista (que quiere disolver el Estado) y el conservadurismo del “conservador” (no tocar nada). La política está en hacerlo posible, más allá de lo vigente cuando es injusto pero siempre con instituciones  (ya que sin instituciones no existe la política), es decir, la factibilidad está entre un anarquismo extremo y un conservadurismo extremo, ahí en el punto medio se encuentra lo factible como posible, el favor debe ser en favor de la felicidad del pueblo (a nivel económico, cultural, etc.), y partiendo siempre desde el consenso (participación institucional); esto supone otro tipo de Estado, por lo tanto habrá que pensar como posibilidad un cambio de la definición de poder, política y Estado “moderno”, es decir, tenemos que ir más allá de la modernidad “europea” que nos colocó como colonia.
La única sede (lugar) del poder es el pueblo, no el Estado ya que no es soberano, el soberano es el pueblo. El Estado es una superestructura de una constitución que debió hacerla el pueblo como poder constituyente pero desde su propio poder, en otras palabras, el pueblo es el poder instituyente del poder constituyente que hace una constitución y funda el Estado. El corrupto es el que piensa que él es la sede del poder, que puede hacer lo que quiere, por eso domina y por eso son obedientes y el que no lo es, lo reprime. Entonces no es el poder por obediencia sino como dominación.
Dussel termina su intervención diciendo que se tiene que empezar a pensar todo de nuevo para tener una nueva teoría que  resista a las teorías vigentes, a lo que nos dice la televisión y los demás medios de comunicación y así luchar contra las injusticias y ofrecer más felicidad a la gente.

BIBLIOGRAFÍA


E. Dussel: El Poder. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=lJpcuYE50Us&t=402s

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