El siguiente artículo
parte de los aportes presentados por Dussel en una Escuela de Formación
Política en una de sus sesiones; en ésta conferencia el maestro suscita la
discusión por entender qué es el “poder” y las implicaciones que tiene cada
concepción.
Comúnmente la
definición de poder que se imita es aquella dada por quien ejerce el “poder”,
lo cual no se parte de una concepción
teórica, sino práctica, situación que da a entender que la
conceptualización dada parte de una vértice imitativa en la que se da de
acuerdo a la comprensión partiendo de las conductas de quien lo ostenta; la
compresión de poder está precedido igualmente por todos esos teóricos de la
modernidad, pues reducen el concepto a una cuestión meramente de dominación ,
la cual se caracteriza por: a) tiene poder el que domina y b) tiene obedientes
(si nadie lo obedece no tiene poder). Se entiende entonces que ésta visión
percibe el poder como un ejercicio de dominación legítima ante obedientes
(Weber). Con una definición así del poder, la política no puede ser un noble
oficio, puesto que se convertiría en dominación.
En la nueva definición
teórica de poder con validez universal se entiende como “responder a lo que la
gente necesita, es decir, las relación ya no se da por dominación sino por una “servidumbre”, el que es autoridad
está al servicio y se confunde con la población.
Éste tipo de poder
tiene tres características:
a)
el poder es fuerza que proviene de la
voluntad de vida (es decir, supervivencia de los seres vivos en la lucha con la naturaleza
haciendo uso de instintos primarios y la racionalidad misma), obtenida al
convivir en una comunidad política – aquí, la sede del poder es el pueblo, es
decir la voluntad de vida de un pueblo-.
b)
se necesita del consenso del pueblo,
el cual se gana con razones (es un momento racional de la política), entre más
consenso más fuerza tiene el poder -si se divide el consenso se le reduce la
fuerza al poder y se provoca que el pueblo se enfrente entre ellos se generará
una guerra civil-.
c) el poder tiene que ser factible
(ésta es la esencia estratégica de la política), es decir, no se puede hacer
algo imposible (factible es “lo posible”) y se debe contar con la voluntad de
la vida y el consenso del pueblo, si no
se tiene en cuenta estos dos aspectos la política no tendría finalidad.
Desde ésta
característica pueden generare tres posibilidades:
1) de la extrema
izquierda (que cree que es posible lo imposible), en donde se dice que el
Estado es dominador y la forma Estado ha sido superada, por ende, hay que
disolver el Estado. Aquí no se tiene en cuenta que sin Estado no existiría
organización política (al destruir el Estado se destruye la posibilidad de la
política), la que es necesaria para limitar las voluntades.
2) De la derecha, que dice que las
instituciones son “sagradas” y no se pueden tocar (no importa si son injustas).
3) La posibilidad de la
política está entre la imposibilidad del anarquista (que quiere disolver el
Estado) y el conservadurismo del “conservador” (no tocar nada). La política
está en hacerlo posible, más allá de lo vigente cuando es injusto pero siempre
con instituciones (ya que sin
instituciones no existe la política), es decir, la factibilidad está entre un
anarquismo extremo y un conservadurismo extremo, ahí en el punto medio se
encuentra lo factible como posible, el favor debe ser en favor de la felicidad
del pueblo (a nivel económico, cultural, etc.), y partiendo siempre desde el
consenso (participación institucional); esto supone otro tipo de Estado, por lo
tanto habrá que pensar como posibilidad un cambio de la definición de poder,
política y Estado “moderno”, es decir, tenemos que ir más allá de la modernidad
“europea” que nos colocó como colonia.
La única sede (lugar)
del poder es el pueblo, no el Estado ya que no es soberano, el soberano es el
pueblo. El Estado es una superestructura de una constitución que debió hacerla
el pueblo como poder constituyente pero desde su propio poder, en otras
palabras, el pueblo es el poder instituyente del poder constituyente que hace
una constitución y funda el Estado. El corrupto es el que piensa que él es la
sede del poder, que puede hacer lo que quiere, por eso domina y por eso son
obedientes y el que no lo es, lo reprime. Entonces no es el poder por
obediencia sino como dominación.
Dussel termina su
intervención diciendo que se tiene que empezar a pensar todo de nuevo para
tener una nueva teoría que resista a las
teorías vigentes, a lo que nos dice la televisión y los demás medios de
comunicación y así luchar contra las injusticias y ofrecer más felicidad a la
gente.
BIBLIOGRAFÍA
E. Dussel: El Poder.
Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=lJpcuYE50Us&t=402s
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