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Reseña
Robert Dahl nació
en Estados Unidos en 1915 y murió el 5 de febrero de 2014. Doctor en filosofía
de la Universidad de Yale y fue docente en Ciencias Políticas ahí mismo. Su
fuente de inspiración fueron: Bentham y John Stuart Mill. El funcionamiento de la democracia fue uno
de los temas que más solía abordar. Entre sus temas de interés se cuentan el
funcionamiento de la ciudadanía para evitar la tiranía de sus gobernantes; la
guerra como posibilidad; la tortura y otras formas de control social, entre
ellas, la formación de policía secreta. Gracias a “La democracia y sus críticas”, obtuvo el premio de la Asociación
Americana de Ciencias Políticas en 1990. Fue un permanente crítico de la
democracia, por lo que sugiere, a través de un análisis histórico de la
democracia, que el mercado capitalista es un arma de doble filo: a pesar de que
defiende muchos elementos de la democracia, critica el capitalismo de mercado,
que genera inequidades económicas y demanda, a su vez, regulación por parte de
la democracia, pero que de igual forma es la que mejor garantiza los derechos
individuales.[1]
La siguiente relatoría pertenece al capítulo
II del libro escrito por Robert Dahl: “Análisis
político moderno”, el cual está dividido en ocho secciones respectivamente.
La idea central del texto es hacer un tipo de radiografía en lo que respecta al
análisis político.
El autor empieza
el texto dando una conceptualización de “¿qué es el análisis político?”, partiendo del hecho de que nadie
está por fuera de algún sistema político ya que es inherente a la existencia
humana y se participa en la política al pertenecer a un país, pueblo, escuela,
iglesia, sindicato, partido político, etc. De igual modo también hace
referencia a que así como la política es adherente al ciudadano, también lo
serán las consecuencias fruto de ésta. En la conceptualización de análisis
político la parte desde la interrogante de “¿Para
qué analizar la política?”, cuyas respuestas le dan el significado
pertinente, que tal como hace referencia en el texto implica dos aspectos: el
primero respecto estudio independiente y contemplativo de la política y el
segundo en cuanto a un tipo de meditación pura.
Dahl justifica el análisis político desde la
afirmación de que éste ayuda a comprender nuestros mundos y al hacerlo provoca
tomar decisiones más inteligentes frente a las alternativas y ejercer
influencia en los cambios inherentes al sistema político que lo rodea y de ésta
forma poder maximizar el beneficio con el menor costo, ya que se seleccionan
más cuidadosamente los objetivos.
En la segunda
parte del capítulo, propone unos componentes del análisis político, él
se refiere a ellos como “orientaciones”. Para
entender las orientaciones del análisis político se plantea el interrogante de “¿cómo actuar para llegar a un mejor estado
de cosas?”, cuya respuesta se encuentra introducida en otros interrogantes:
¿Qué sería un mejor estado de cosas?-aquí
se hace una distinción sobre qué se distingue lo mejor de lo peor-, ¿Cómo se producen las cosas en el mundo real?
Al tratar de responder de mejor manera las anteriores preguntas surge la
cuestión de “¿qué se quiere significar
con los términos claves que se usa o las afirmaciones que se plantean?”.
Todas preguntas representan una orientación frente al mundo ya que al formular
la primera pregunta se pretende hacer un descubrimiento de la política, en la segunda se inclina a
descubrir normas o criterios para
juzgar políticas alternativas, la tercera a descubrir relaciones empíricas entre elementos del mundo real. Con la cuarta
pregunta se desea hacer una aclaración
respecto al significado de las palabras. Ya depende de la cuestión que esté
rodeando el análisis político se puede hacer referencia a una orientación
específica, que en palabras de Robert Dahl caracteriza cuatro orientaciones del
análisis político que son: a)
orientación empírica, b) orientación
política, c) orientación normativa y d) orientación semántica.
Para entrar a trabajar lo que es la a) orientación empírica aclara
que ésta se presenta en las ciencias naturales, pero igualmente en las ciencias
sociales y del comportamiento. Ésta orientación consiste en describir, explicar
y predecir acontecimientos dentro de un campo de investigación buscando
relaciones estadísticas, de probabilidad, funcionales y causales entre la
relación acontecimientos, cosas y personas. Para exponer el anterior punto el
autor toma como ejemplo la Ley de Inercia de Galileo[2],
la Segunda Ley de Newton[3]
y otros ejemplos populares. La orientación empírica no se limita a la ciencia,
sólo es una evolución sistemática y refinada del conocimiento básico de las
personas, que particularmente se encuentra vinculada a una serie de creencias sobre
la naturaleza empírica del mundo y por lo que pueden resultar falsas. La
validez de las proposiciones surgidas del conocimiento empírico depende de cómo
el hombre percibe e interpreta el mundo, por lo que son alterables y refutadas
por nuevas observaciones, percepciones, experimentos e interpretaciones.
Dahl dice que la b) orientación normativa es característico de la religión y
la filosofía -ética y filosofía política- ya que se encuentra muy arraigada en
las creencias y en los actos, la cual propende por conseguir las cosas que son
mejores que otras. Aquí se busca hacer la distinción entre lo que es lo bueno y lo mejor, sin embargo, deja en cuestionamiento en cuanto a que si hay
un único criterio óptimo para juzgar lo bueno y si no existe característica
entonces se tendría que buscar la forma como se relacionarían.
Para el autor la c) orientación política trata sobre la forma de acercamiento
entre el estado actual de cosas y un posible futuro, que directamente
significaría que sería mejor. Aquí se trata de buscar una solución a lo que se
supone más conveniente. La esencia de ésta orientación yace en el hecho de que
se considera tanto las alternativas como las consecuencias, es decir, se tiene
en cuenta las características especiales de una situación concreta, los
objetivos particulares y un análisis empírico; para explicar éste hecho se hace
uso del ejemplo de la estrategia para acabar con el desempleo.
Finalmente, la d) orientación semántica es la que entra a aclarar el
significado de los conceptos claves, ya que es importante debido a que muchos conceptos que se utilizan no
tienen una definición comúnmente aceptada (democracia, libertad, revolución,
poder, coerción).
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En la cuarta
parte se expone los problemas que existen con las definiciones, pero a
pesar de ello, las tres orientaciones
presuponen un acuerdo sobre el significado de los términos elementales –aunque
haya unos que simplemente se deben dejar sin definir ya que provocan un
retroceso infinito de definición-. Cualquier escritor debe dar una “definición nominal” para aclarar el
significado de los conceptos usados en el análisis político. A pesar de que las
definiciones ayudan a hacer una comprensión del lenguaje, éste no ayuda a
comprender el mundo real y es ahí donde las preposiciones empíricas entran,
para refutar o confirmar por experiencia.
Para la quinta
parte se desarrolla la relación existente entre el análisis político y la
ciencia política, que sin más se lleva a cabo en las materias de “análisis
político” ofrecidas por los departamentos y estudiosos de la política que
generalmente desarrollan los cuatro tipos de análisis político; en estos cursos
se proporciona una descripción y comprensión de los sistemas políticos en donde
se mezclan el análisis normativo con el empírico. La ciencia política contiene
un análisis implícito de políticas.
En la sexta
y séptima parte se hace una confrontación
respecto a que sin el análisis político es un arte o una ciencia y si hay
relación entre el análisis político y el análisis práctico, en la que se
presume una aplicación más directa sobre el entorno.
En la octava
parte se plantean unas preguntas con el fin de ser desarrollada con unos
textos diferentes pero que se vinculan con el problema que aquí se trabaja: el
análisis político
[1]
PENSAMIENTO POLÍTICO DEL SIGLO XIX Y XX (viernes, 29 de abril de 2011): Robert
A. Dahl y la democracia. Disponible en: <http://ppcela.blogspot.com.co/2011/04/robert-dahl-y-la-democracia.html>.
Consultado: <09 de Agosto, 2016.
[2]
Librado así mismo, un cuerpo se moverá con velocidad uniforme en una dirección.
[3]
La fuerza es igual a la masa por aceleración.


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