jueves, 20 de marzo de 2014

EL ORIGEN DEL ODIO


Por: Miguel Ángel Martinez
https://www.facebook.com/miguelangelmartinezparra1992/
Estudiante De Ciencia Política
UNIVERSIDAD DEL CAUCA


 
Era un amanecer encantador como cualquier otro en Ivix, ciudad ancestral de Portlem; la mañana estaba resplandeciente y pacífica, las aves celebraban la salida del oasis del sol, el cielo estaba totalmente despejado, el ambiente era completamente un remanso, los niños corrían, la gente salía al mercado y no había alertas de guerras. –Buenos días amor- le susurró dulcemente Igor a su esposa en el oído mientras se acercaba cautelosamente por la espalda como un gato cuando se dispone a cazar y entre un abrazo como uno de esos que se desean que nunca se acaben preguntó: –¿si recuerdas por qué este día es el más especial de todos?- con una sonrisa picaresca y haciéndose la desentendida Shelenna contestó que no sabía, –Hoy hace diez años te miré por primera vez en el campamento de altos mandos de contraataque y espionaje de la guardia real, vestías el uniforme de cuero negro de espía que te hacía lucir tan bella y tan ruda a la vez-, respondiendo al aquel abrazo, entre risas y carcajadas –Claro que si bobito, me acuerdo perfectamente porque usabas un trapajo como prenda militar, estabas preocupado porque se te había extraviado una las medias que te dieron como dotación y te di un calcetín rojo que no combinaba para nada con el uniforme, pero accediste porque tu patrulla ya iba de salida y el uso de las botas sin algo en los pies te lastimaban- después de un beso como de recién enamorados decidieron levantarse de la cama para preparar todos los detalles de aquel día tan especial principalmente su cena de aniversario.

Como golondrina queriendo atraer lluvia, Igor caminaba en las tiendas de flores en busca de un ramo de rosas rojas e inmensas para su amada en su noche especial que desechaba cualquier otro ofrecimiento de otras flores que al igual eran tan hermosas como un rosa. En su preludio por calles de la plaza, ninguna de las ofertas llenaba la expectativa que en su mente dibujaba, caminó y caminó sin suerte alguna; al caer ya el ocaso de la tarde desistió de la idea de encontrar las rosas que deseaba y se dirigió a la primera floristería que en la mañana recorrió, –Señor, me podrías vender el ramo que me mostró y que furtivamente rechace- con una cara de asombro el vendedor afirmó no poder, que sus rosas rojas y todo su jardín rojo por fenómeno desconocido se convirtieron en un tono blanco como si una lluvia de este color fuese caído sobre ellas e impregnado los pétalos de estas flores. Con extrañes compró una docena de aquellas rosas y se retiró de aquel lugar, no había espacio en su mente para averiguar acerca de estos sucesos.

La más romántica cita en la historia de aquella pareja ya se acercaba, caía la tarde lentamente y la gran luna llena exigía un espacio en el firmamento, el delicioso y penetrante aroma de la comida extendía sus ramas en todo el hogar, las velas aromáticas eran perfectas para cultivar el ambiente que se deseaba. Shelenna había pasado todo el día preparándose para su amado y éste busco el mejor traje para tan importante ocasión, con mucha ilusión Igor pretendía sorprender a su esposa al llevar el calcetín rojo que ella le dio cuando se conocieron. Ya aseado, peinado, perfumado y en su elegante traje negro de Channel el ansioso hombre se disponía a colocarse sus finísimos zapatos Gucci, pero sorprendentemente el calcetín ya no estaba en el baúl de recuerdos donde él lo había guardado por mucho tiempo; sin más opción y después de buscar por una hora en toda la casa se puso un par de medias normales, pensativo se dirigió a la sala en la que lo esperaba Shelenna con una copa de vino añejado de un cultivo de uvas de hace ochenta años, ambos se acomodaron en la mesa adornada que pareciese que no escatimaron gastos en aquella velada, pero él no dejaba de pensar en el futuro incierto de su amuleto.

La gran velada estaba por finalizar, de la langosta no quedaba ninguna partícula, de la deliciosa comida francés quedó sólo el cuento y del vino las botellas vacías rondaban sobre la mesa, – ¿Qué te pasa, te he visto preocupado en toda la cena, no estás conforme con lo que preparé para los dos?- preguntó su aún joven esposa, pero él no deseaba por ningún motivo que su esposa supiese acerca de su calcetín, en su mente rondaban cantidades de hipótesis dando razón a la desaparición de este objeto, – No pasa nada, sólo recordaba algunas cosas de cuando te conocí- terminando esta oración del centro de la casa se abrió un portal cósmico y de ahí salió un magnífico ser ancestral, era Tureno el dragón de los dioses, tomó a Igor a la fuerza y en un destellar luminoso desaparecieron del lugar.

– ¿Dónde estoy, por qué me trajeron, qué van a hacer conmigo?- cantidades de preguntas que no serían respondidas  en ese instante salieron de la boca de Igor palpitantemente y al no tener respuesta alguna seguía insistiendo ferozmente a alguien que se encontrase en el cuarto oscuro en el que había parado inconscientemente,  – Callaos homo sapiens- alcanzó a oír en uno de los lados y velozmente se le acercaba una luz incandescente impidiéndole ver el rostro de aquel ser y en una conversación extensa todas los cuestionarios que rondaba en la mente de Igor desaparecieron por completo; el individuo le explicó que él era  Irhis el dios del arcoíris y de los sentimientos humanos, que necesitaba su ayuda para recobrar el equilibrio de todo el mundo porque su hermano Crotino, deidad de la oscuridad había destruido el color rojo del universo para inducir a los seres vivos a odiarse y provocarles su propia destrucción; también le contó que buscó en todo lugar hasta el más recóndito algún objeto del mismo tono para darlo como ofrenda a los dioses superiores y sacar de ello su colaboración, que el único artículo que encontró no había servido porque este conservaba de su dueño un gran valor sentimental que impedía cualquier acción de sacrificio, que necesita que el propietario de aquel elemento en decisión propia eliminara todos los sentimientos que se conservaran en este y que por ese motivo él se encontraba en ese lugar. Igor entendió inmediatamente lo que hablaba aquella divinidad, él se refería concretamente a su calcetín rojo, sin oposición acepto el pedido. Al tener Irhis la respuesta del hombre llamó a Tureno, se subieron en el lomo de la criatura y se dirigieron al templo de los dioses supremos para realizar la ofrenda.

Después de un largo viaje llegaron al fin al santuario, descendieron del dragón, ahí también los esperaba Crotino, un ser de apariencia inocente y llena de dulzura que por algún medio tuvo conocimiento de lo que planeaba hacer Irhis y que dañaba sus planes, – No permitiré que destroces mis planes!- gritó enfurecido el malvado ser y de sus extremidades sacó poderes increíbles que amenazaban la vida de Igor, con un movimiento de su palma de la mano Irhis detuvo los ataques, le rogó al hombre que se dirigiera al caldero de ofrendas mientras él entretenía los ataques de su hermano y valientemente Igor hizo caso y partió corriendo al lugar que le indicó el dios del arcoíris.

El homo sapiens ya se encontraba en el sitio donde debía ir, pero sorprendentemente de alguna manera el dios de la oscuridad pudo flaquear la defensa de Irhis dejándolo inconsciente posibilitándolo tras un chasquido transportarse velozmente hacia donde estaba Igor, pero ya era tarde la puerta del cuarto estaba abierta y el hombre ya se disponía a entrar, –Detente!- gritó Crotino y usando su poder de convencimiento trato manipular la decisión de aquel guerrero –¿Cómo puedes sacrificar algo que valoras mucho?- le preguntó el dios al hombre. Sin poner mucho cuidado aparentemente Igor entró y cerró el gran portón, frente al gran caldero hecho de oro puro y calentada por magma, decidido estiró su brazo con su calcetín rojo en el extremo para ser arrojada, pero recordó la pregunta que le hizo esa inocente y malvada criatura, supo que no podía hacerlo porque era lo más importante para él y se retractó de su decisión, se retiró de ese lugar y en la entrada se encontraba Crotino intentando con mucho salvajismo abrir la puerta, Igor le confesó que no podía dar como ofrenda lo que le recuerda su momento más feliz. Ya tranquilizado el ser oscuro y con una risa muy dulce y amable sacó de su puño un rayo y se lo lanzó al mortal provocándole que su corazón estallara y muriera, tomó el calcetín y lo pulverizó, Irhis se acercaba rápidamente pero era muy tarde el humano estaba muerto.

La intención del dios Crotino ya estaba completada, tomo su poder oscuro e invadió todos los corazones de la humanidad, levantando de cada ser,  reino y país guerras interminables y odio mutuo que no permitían que la convivencia fuese posible. El dios Irhis no tuvo otra opción que contarle a la esposa de Igor, Shelenna lo que había pasado y ella juro por todos los dioses que vengaría la muerte de su amado.


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