Hannah Arendt “Sobre la Violencia” y Michael Walzer en las “Guerras Justas e Injustas”.
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Por: MIGUEL ÁNGEL MARTINEZ
https://www.facebook.com/miguelangelmartinezparra1992/
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La violencia ha jugado un papel casi protagónico en los asuntos humanos a través de la historia pero su estudio ha sido singularizado y reducido particularmente a hechos fortuitos, no serios e imprecisos en donde el apoyo proveniente de Dios estaba con el más fuerte, por lo tanto siendo ésta un hecho marginal. El siguiente análisis crítico viene encaminado a, principalmente, cómo se ha venido definiendo el concepto de violencia y luego a hallar algunas circunstancia en donde se podría justificar el uso de ésta violencia política; para realizar la anterior actividad se apoyará en los textos de Hannah Arendt: “Sobre la Violencia” y Michael Walzer: “Guerras Justas e Injustas”.
Para
Engels, la violencia es un tipo acelerador de desarrollo económico, ya que es
el poder político con todo y sus medios el que a últimas sufre la derrota
cuando se hace uso de ésta como un medio; aquí su fin es la búsqueda del
progreso y éste ha sido mundialmente aceptado debido al avance de las ciencias.
La
fuerza y la violencia son probablemente técnicas eficaces de control social y
persuasión cuando disfrutan de un completo apoyo popular y en su mayor
proporción ha sido usado en la reivindicación de la “democracia participativa”. La violencia alberga arbitrariedad, ésta
no desempeña fortuna, no desempeña buena o mala suerte y no puede ser
eliminada por situaciones, guiones y/o
teorías de juego. La violencia siempre necesita herramientas para su desarrollo
ya sea un tipo de revolución tecnológica o una revolución en la fabricación de
herramientas. La verdadera sustancia de la acción violenta es regido por medios-fin, ya que el fin siempre estará
a merced de verse superado por los medios.
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| Imagen extraída de http://periodismohumano.com/temas/violencia-estatal |
Se
halla una violenta hostilidad en el momento en que se recurre a medios
violentos, los cuales han sido abusados por la mayoría de movimientos
estudiantiles. La práctica de la violencia varía de acuerdo al entorno en donde
se desarrolle, es una cuestión e teoría y retórica. La desaparición de la
violencia no se ha visto ya que no ha aparecido en la escena política un
sustituto de éste árbitro final, que en palabras de Hobbes: “acuerdos, sin la
espada, son sólo palabras”.
Muchos teóricos
sostienen la violencia como un fenómeno por derecho propio, ya que no es más
que una flagrante manifestación de poder; la política es una lucha por el poder
y en última el poder es la violencia, éste no puede ser medido en términos de
violencia, ya que una abundancia de ésta puede erosionar el poder y es
particularmente peligrosa para sustentar el poder y proteger el bienestar de
las repúblicas.
El hombre puede ser
manipulado a través de la coacción física, de la tortura o del hambre y su
técnica más eficaz es cuando se incurre a formar opiniones arbitrariamente
mediante noticias falsas, sin embargo, en las sociedades libres también se hace
uso de ésta por medio de persuadores ocultos ya sea a través de la televisión,
la publicidad u otros medios psicológicos. Clausewitz se refiere a la guerra como la continuación de la política por otros medios y en la práctica se
traduce a la violencia, que a la vez tiene implicación importante en los
asuntos exteriores de los países subdesarrollados, ahí la probabilidad de que
se use es muy alta.
La guerra no es una
extensión de la diplomacia ya que la paz es la continuación de la guerra por
otros medios y para hacer referencia a ésta nos podríamos dirigir a los finales
de las guerras mundiales en donde lo que precedió fue una guerra fría en la que
el impulso del desarrollo de técnicas bélicas se ha incrementado. La guerra es
a sí misma el sistema social básico dentro del cual chocan o conspiran otros
diferente modos de organización social.
La
guerra se presenta a sí misma, según Bertrand d´ Jouvenel como “una actividad
propia de los Estados y pertenece a su esencia”, ya que el final de la
actividad bélica significaría el final de los Estados, sin embargo para llevar
a cabo ésta premisa hay que aclarar por lo que se entienda como poder, que
viene sin más, de acuerdo a H. Arendt, como un instrumento de mando y éste debe
su existencia al instinto de dominación. Para Voltaire el poder consiste en
hacer que otros actúen como yo decida, es decir, afirmar una voluntad propia
contra la resistencia de otro, por lo tanto, la guerra es un acto de violencia
para obligar al oponente a hacer lo que queramos que haga. En resumen,
partiendo de la premisa de Posserin d´Éntreves,
el poder es un tipo de violencia mitigada.
En
el mundo ateniense el concepto de poder y de la ley no se masaba en el
artilugio mando-obediencia, sino que estos se basaban en el poder del pueblo,
ya sería una obediencia pero hacia las leyes que previamente fueron consentidas
por la ciudadanía. Por lo tanto, es el pueblo quien le da el apoyo a las
instituciones para que determine la existencia de las leyes y de ésta forma
materializar el poder que se pierde cuando el apoyo previo que se obtuvo se
espuma. Arendt afirma que el poder no
necesita justificación sino legitimidad.
Hay
que establecer una clara distinción entre violencia y poder. El poder siempre
precisa el número pero la violencia (hasta cierto punto) puede prescindir del
número porque su materialización descansa en los instrumentos. La extrema forma
del poder es la de todos contra uno y
la forma extrema de la violencia es la de uno
contra todos. En la práctica, el poder es la capacidad humana, no
simplemente para actuar, sino para actuar acertadamente y es por eso que no
pertenece a un individuo sino a un grupo “unido”; generalmente se puede
percibir el poder en términos de mando y obediencia e igualar así el poder de
la violencia.
La
violencia se distingue por su carácter instrumental que son concebidos y
empleados para multiplicar la potencia natural; ésta aparece como último
recurso en las relaciones exteriores y en las cuestiones internas para mantener
intacta la estructura del poder, es por ello que hace parecer que la violencia
fuese un prerrequisito del poder y el poder nada más que una fachada; la razón
de ésta conjetura se debe a que las revoluciones han disminuido
significativamente en proporción de la creciente capacidad destructiva de las
armas a disposición exclusiva de los gobiernos. En un contexto violencia vs
violencia, la ventaja la lleva el gobierno, ha sido absoluta, sin embargo, ésta
existe mientras sólo permanezca intacta la estructura del poder del gobierno.
Cuando las órdenes ya no son obedecidas, los medio de violencia pierden
vigencia y alcance, es decir, ya no poseen utilidad alguna y es en éste
panorama (desintegración del poder) donde las revoluciones se tornan posible.
Cuando el poder se prolifera en las calles es necesario concentrarla en un sólo
órgano y se asuma la responsabilidad para evitar una situación de revolución
social, por ello, como recurso, se plantea como última opción para
contrarrestar el poder de los rebeldes o delincuentes que quieren terminar con
la estructura actual del poder o se niegan a ser superados por el consenso de
la mayoría. En la revolución, se ha hecho necesario el uso de la violencia ya
que se encuentra íntimamente conectada al desarrollo de armas modernas y ésta
proliferación de técnicas y máquinas no sólo hace una amenaza hacia el desempleo
de ciertas clases sino que también hacia la existencia de naciones enteras; el
futuro es incierto.
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| Imagen extraída de http://argentina.indymedia.org/news/2015/07/879756.php |
A
pesar de que es éste texto se buscan unas circunstancias en las que se
justifique la violencia, Hannah Arendt sostiene que ésta nunca será
justificada, sin embargo, resalta que no hay discusión en cuanto al uso de la
violencia en defensa propia debido a que el peligro es una amenaza directa y
actual y el fin que la justifica como medio es inmediato. El juego de la
violencia entra allí donde el poder se está esparciendo, lo que permite que se
convierta en un factor tentador y para reemplazarlo se hace uso de la violencia
que se dirige hacia la impotencia y en muchos casos tiende a buscar la
atomización social debido a que el poder no está ausentada donde se encuentre
la violencia, son totalmente opuestos; lo anterior es como si la violencia
entrara a mantener el poder de fugaz pero que por el impulso propio, en últimas
lo hace desaparecer.
Una
posible situación para justificar la violencia, usando el aporte de Walzer,
sería cuando en un Estado se está cometiendo crímenes de supongan una conmoción
para la conciencia moral y que si cualquiera que pudiese parar la situación no
solamente deba sino que tiene derecho a hacerlo. A pesar de que intervenir
ayudaría a ofrecer una ayuda humanitaria, ésta implica una violación a la
soberanía estatal, sin contar que en muchas situaciones el apoyo ofrecido por
diferentes estados u organizaciones no implica fines de beneficencia sino que
tiene tras sí unos intereses ya sean de diferente índole.
La
decisión de intervenir está justificada mediante la aprobación de otros Estados
durante diferentes debates políticos y morales. Michael Walzer plantea la
teoría de la guerra justa, que sin
más, es nada menos que una guía necesaria para tomar decisiones democráticas,
entre ellas, el intervencionismo en conflictos interno de otro país, que en la
lógica de la cooperación humanitaria se limita siempre a un razonamiento más no
en una invasión, puesto que ésta acción se presenta por el llamado que hacen
los hombres y mujeres pertenecientes a una comunidad masacrada para salvarse a
sí mismo y a su gente, que sus inicios no está en la intervención misma sino en
el hecho a salvaguardar a las personas que han sido forzadas a iniciar la
guerra a través de agresiones.
Por
otra parte, se podría justificaría la violencia en un hecho de rebelión de las
ciudades, por lo que nace una necesidad de reducir ese riesgo, puesto que es un
factor que está poniendo en tela de juicio la soberanía del poder ya
establecido, por lo que las razones para hacer uso del medio de la violencia
está más que justificada, que son las dos vertientes que posee la guerra.
En
algunos conflictos internos la dinámica de la guerra va encaminada a que cada
adversario trata de torcer el brazo del oponente, situación que muestra lo que
Clausewitz hacía referencia respecto a que la guerra es un acto de fuerza a la
que no se le puede poner límites ya que como medio se hace necesario un
extremado uso de ésta que si bien, pudo surgir en la gran brecha que pudo
existir entre personas o grupos de personas que poseen cierto poder en un
Estado, que en algunos caso, el efecto final será la tiranía.
Como
conclusión se podría decir que la violencia es un medio que persigue un fin,
que si es justo o no ese fin es meramente una cuestión moral ya que como dice
Arendt “la violencia no se justifica”,
porque el simple hecho de hacer uso de ella está restringiendo ciertos derechos
ya sean para ayudar humanitariamente pero que viola la soberanía de un Estado
que sin más es la violación del poder que éste posee sobre algún territorio,
colocando en tela de juicio su posesión. Además, la lógica del uso de la
violencia se escuda en el hecho de encontrar la paz pero que ésta es un
planteamiento incierto puesto que la experiencia rescatada de la historia
muestra que después de la guerra no hay paz ya sea por los conflictos internos
que proliferen entre los nuevos que poseen el poder estatal y los que fueron
vencidos a través de éste medio o por la carrera armamentista que se impulsa a
partir de éste hecho.
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