jueves, 18 de junio de 2015

Las Sociedades de Control: una visión desde la Ciencia Política.

        Yesid Conda 
        (Est. Ciencia Política Universidad del Cauca).

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Resumen:
Las sociedades de control están principalmente asociadas a la vigilancia, puesto que no necesita de la modalidad del encierro -como ocurre con la disciplina-, con el fin de ejercerla sobre los sujetos. Por tal motivo la vigilancia en la era del control está más relacionada con el desarrollo tecnológico que con instituciones, en la cual la primera se sobrepasa a la segunda. El siguiente ensayo pretende desarrollar los prceptos de las sociedades de control desarrollados por Sygmunt Bauman, Loic Wacquant, José Libardo Ariza y Manuel Iturralde desde una visión de la ciencia política.

Palabras Claves: Sociedad de control, Vigilancia, Cárcel, Cero tolerancia, Seguridad, Criminalidad.

Abstract:
Control societies are mainly associated with monitoring, since it does not need closure mode (as with the discipline), this in order to exercise on the subject. Therefore, surveillance in the era of control is more related to technological development with institutions, in which the former exceeds the latter. The following essay aims to develop the rules of the societies of control developed by the author Sygmunt Bauman, Loic Wacquant, Jose Libardo Ariza and Manuel Iturralde, from a perspective of political science.

Key Words: Society Control, Surveillance, Prison, Zero Tolerance, Security, Crime.

A medida de que el tiempo pasa, el contexto social de un Estado cambiando, surgiendo dentro sí efectos positivos o negativos que permiten cuestionar el desarrollo como tal de la sociedad, con base en esto Bauman expone en “Trabajo, consumismo y nuevos pobres”, la adaptación del Estado de bienestar de Estados Unidos y Europa, que si bien, propendía por generar una serie de políticas sociales que respondieran a las necesidades en cuanto a salud, educación, vivienda, servicios públicos y subsidios, sin embargo, todas estas acciones de buena voluntad estatal tiene un costo y por ser tan alto no era sustentable, siendo las empresas capitalistas las más aptas para soportar ese peso puesto que tenían el dinero; por lo anterior el Estado se ha obligado a cambiar para adaptarse a las nuevas dinámicas sociales y económicas, pasando de ser un Estado Liberal, un Estado Socialista a un Estado Social-Democracia.
Hay que aclarar que dichas empresas a favor del capitalismo hacían dicho aporte monetario para el sostenimiento de las políticas sociales debido a que ello podría mantener su ejército de reserva, es decir, una mano de obra capitalista. Todo esto dio fin cuando empezaron a salir de las entrañas del neoliberalismo las grandes transnacionales, que les permitió a través de una migración global de los diferentes procesos de la producción, reducir los costos, escogiendo como lugares claves a países en subdesarrollado o en vías de desarrollo ya que su valor salarial salía en gran proporción más económico, haciendo de su rentabilidad y sustentabilidad valores más altos.
Gracias al neoliberalismo surge una nueva clase social: la “clase media”, que a comparación como se cree en Colombia, no existía la ideología del consumo, es decir, eran consumidores verdaderos. Éste fenómeno se pudo evidenciar de forma más clara el EE.UU. y Europa, en donde los que no podían consumir se convertían en los nuevos pobres, entraría en la categorización social de “clase marginal”, que en su generalidad eran personas que no trabajaban, que no tenían ética por el trabajo y entrando en su SER se ubicaban los desempleados, especialmente los que eran jóvenes. Es ahí cuando la sociedad del control viene imponerse debido a que la pobreza es criminalizada y por consiguiente era necesario la creación de un Estado Penal que fuese capaz de castigar los nuevos criminales.

Reseñando la teoría de la tolerancia cero, esto nos lleva a pensar en las políticas de seguridad actuales,  como lo vemos con Manhattan, en New York; desde esta perspectiva el llamado desorden social es inadmisible, como se había dicho anteriormente no es tolerable que haya una sociedad que vaya en contra del sistema, una sociedad que este presentándose como piedra en el zapato para el Estado, es sentenciada a ser oculta en las tinieblas de una cárcel. Esa contraposición al sistema se ha denominado desorden social, el cual no es tolerado. Cuando se presenta este fenómeno de desorden social es atacado con la represión,  la cual va dirigida a ciertos sectores de la sociedad, ese sector se puede evidenciar desde aquellos que no son vistos como productores del capital, es decir aquellos suburbios que se han quedado en el atraso, en el subdesarrollo y que han demostrado su inconformidad contra el sistema productivo neoliberal, los cuales van a recibir esa represión aplicando la no tolerancia hacia el desorden.

Desde las distintas construcciones nacionalistas, dentro de este concepto de reprimir el desorden social y que apunta a los pobres en la mayoría de los países como es el caso de Estados Unidos, donde se puede encontrar que apunta hacia una línea totalmente racista, y xenofóbica, desde el pensamiento crítico se observa que en el sujeto se encuentran todas las formas de opresión, racial, de género, entre otras, apuntadas hacia el ser o hacia el otro que no se adapta a cierto sistema, es decir este concepto racial hace notar a los Estados, como Estados patriarcales con proyectos coloniales, pensando el racismo como prejuicio social. Ejemplo de ello se puede ver que en Estados Unidos se linchan a los negros, en Europa se habla de Neo Nazis, un racismo prejuiciada con estereotipos,  desde aquí el racismo siempre va ser institucional, no puede haber racismos sin instituciones de acuerdo a Loic Waqcuant.
Desde esa institucionalidad se puede hacer referencia al concepto policial, es decir que la represión estatal está representada por un aparato policivo que va a atacar a los pobres, este aparato represivo, en gran medida es privatizado, ya que la represión se vende o se maquilla con el concepto de la seguridad, dicho de otra manera se muestra una idea de seguridad mediante la ejecución represiva del control social u orden social favoreciendo siempre al pudiente. En síntesis la seguridad solo es de un sector privilegiado hacia un sector desfavorecido, esto lleva a que la seguridad sea adquirida por aquellos que tienen como acceder a la seguridad es decir aquellos que tienen un capital para comprar la seguridad y hacer uso  sobre el  otro, o del sujeto visto como un desorden social.

Es así como se puede afirmar que la teoría de la tolerancia cero, es una teoría de embellecimiento de un problema social, el problema de la pobreza visto desde una óptica meramente económica. Esto denominado desde aquellos ciudadanos globales, esos ciudadano globales han aplicado una ideología del consumo,  una sociedad ideologizada para consumir, para ser productor de la economía, un ciudadano que sea capaz de adquirir y dar al neoliberalismo, de lo contrario sería objeto de exclusión, lo que lo estaría llevando hacer parte de aquellos suburbios que son nichos de pretextos para ser reprimidos, es decir si eres pobre estas condenado a ser visto como un tropiezo para la economía productiva del desarrollo global.
Es por eso que esa represión va encaminada hacia los pobres, entre ellos aquellos sujetos que no logran insertarse dentro del Estado Neoliberal, es así como desde el autor Waqcuant  la presión penal coincide, así, sobre segmentos de población marginada del mercado laboral, entre los que se hallan población joven, inmigrantes de diversa condición y, en muchos países, bajo una clara connotación racial. Tal y como se les trata a los afros o inmigrantes en Europa, en Estados Unidos esta penalización reprime a Latino Americanos, tratándolos como esclavos, no un Esclavo de tiempos atrás, si no un esclavo sin condición laboral estable. Según por Wacquant, las probabilidades de sufrir una detención son reforzadas por el hecho de carecer de trabajo seguro. Además, un condenado sin empleo es apresado con una mayor frecuencia, a lo cual se añade la poca probabilidad futura de inserción profesional del detenido o detenida, situación que incrementa también la duración efectiva del encarcelamiento. En muchas de las sociedades analizadas, casi la mitad de detenidos tuvo solo educación primaria, y otro tanto carecía de cualquier trabajo en el período previo al encarcelamiento, este perfil se presenta en casi la mayoría de los espacios carcelarios, personas que no supieron insertarse en un mercado del Estado Neoliberal.

También el autor expresa que se trata de una política de penalización de la precariedad social, en síntesis la consolidación de cárceles para la miseria, para aquellos que no se incorporan al modelo productivo. Con esto, no se trata únicamente como lo expresa Wacquantde que el encarcelamiento es en sí mismo una máquina de pauperización para los condenados, sus familias y sus sectores de origen, pues desata a la vez toda una serie de categorizaciones y clasificaciones sociales que perennizan la inseguridad social.
Es así como dentro de la tolerancia cero que nos muestra Wacquant, se pasa del Estado de bienestar al Estado Neoliberal lo que trae el nuevo Estado Penal, que lógicamente llega regido bajo un sistema penal que lo único que ha atraído es el hacinamiento de personas dentro de cárceles, un hacinamiento que ha sido disfrazado bajo el concepto de seguridad y de quererlo mostrar como una opción de solución al problema de desorden social, para esto podemos mirar casos como Guatemala y el salvador, donde existen pandillas como los Maras 18 o los Maras Salvatruchas, es el caso de las pandillas más peligrosas del mundo, aquí se puede observar varios aspectos, entre ellos se observa que estas pandillas desde el interior de las cárceles actúan, lo que da a entender que por más que se trate de tratar este problema con la penalización, la delincuencia va seguir, en segundo lugar que sus integrantes son de contextos de pobreza, tercero que los gobiernos de derecha han realizado campañas contra estas pandillas pero no han logrado erradicarlas, lo que Wacquan llama un problema de querer ver un desorden social meramente desde lo represivo hacia la precariedad social.

Otro fenómeno que se presenta desde este análisis es del hacinamiento, donde se puede encontrar que los datos son aterradores, de una manera exponencial en los últimos 15 años, del traspaso del estado de Bienestar al estado Penal el hacinamiento crece en un 70%, y en su mayoría en países imperialistas va dirigida a emigrantes y negros.

Dentro de este sistema penal, el cual cada día crece y debido a esto las cárceles no dan abasto, también se presenta alternativas de penalización como las casas por cárcel, los dispositivos electrónicos de vigilancia, después de un panóptico ya se pasa a una vigilancia desde el propio recinto del sujeto. Lo que lleva a que los gobiernos han enfatizado en incrementar el gasto público sobre los sistemas penales y penitenciarios, de tal manera que se descuidan servicios públicos tales como la salud entre otros, ignorando la raíz de problemas sociales y presentando un visión de ideología consumista es decir queriendo dar a entender que el desorden social es producto o es culpa de las personas que no son capaces de insertarse y adaptarse dentro de un modelo productivo y de consumo, disfrazando la pobreza, y quitándole en cierta medida la responsabilidad al Estado sobre los servicios públicos como la educación y más bien se está criminalizando al pobre.
También para traer otro caso a colación dentro del análisis de la criminalización de la pobreza se puede presentar a México, un país gobernado por Felipe Calderón. De acuerdo a los últimos estudios, México se encuentra hundido en una crisis humanitaria caracterizada por actos sistemáticos de violencia física articulados a condiciones de violencia estructural. De acuerdo a las cifras oficiales documentan más de 65 mil asesinatos entre diciembre de 2006 y diciembre de 2012 vinculadas a la guerra contra el crimen organizado.[1]
De acuerdo a esto durante el mismo periodo, se presentaron más de 11,000 quejas en contra de las Secretarías de Defensa Nacional (SEDENA), Marina, Seguridad Pública y de la Procuraduría General de la República (PGR), la mayoría por tratos crueles, detenciones arbitrarias e irregulares en cateos. A su vez, la misma CNDH reportó casi 17,000 desapariciones desde el inicio del sexenio hasta noviembre 2011.[2]
Si bien los datos de muertes violentas y de desaparecidos son en sí mismos escalofriantes, cabe destacar que suceden en un plano socioeconómico marcado por los efectos de tres décadas de políticas neoliberales en las que la tasa de pobreza incrementó de manera significativa en relación al poder adquisitivo y a los precios de la canasta básica.
Aunque los últimos diez años hubo avances notables en infraestructura y en acceso a servicios, poco ha mejorado el incremento de ingresos para las poblaciones en condiciones de marginación en México[3].
El hombre más rico del mundo, Carlos Slim, comparte el territorio nacional con 52 millones de pobres, 46% de la población. Según el Informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Desarrollo Humano de los Pueblos Indígenas, 87% de los 14 millones de indígenas viven en condiciones de alta o de muy alta marginalidad[4].
Finalmente de acuerdo es estos ejemplo cercanos, se puede ver como los Estados empiezan a tratar el problema de la pobreza desde una lógica de represión y criminalización de los suburbios, de los nichos de pobreza, acumulando personas dentro de centros penitenciarios, queriendo maquillar el sistema Neo Liberal, excluyendo políticas que vayan encaminadas a una solución real de problemas sociales.

Al hacer una radiografía del sistema penal de Estados Unidos, Wacquant expone que hay un crecimiento exponencial del 70% de presos en ese Estado de Bienestar, siendo en su mayoría negros e inmigrantes, generando una crisis puesto que ya no habían cama para tanta gente, siendo un mecanismo para aliviar ese sistema la creación del sistema horizontal conformado principalmente por la casa por cárcel, el uso de brazalete rastreador y el chip; las anteriores permitían que sin estar en la cárcel el preso esté atrapado en el sistema penitenciario. De la misma forma, muestra que del gasto público se invierte bastante en el sistema penal dejando de lado la inversión en políticas sociales que resuelvan de forma más radical éste dilema, ya que actualmente se mete a la cárcel a mucha gente por nada.
Al tener tanta demanda el sistema carcelario, éste se volvió un negocio redondo para empresas como Microsoft, Apple ya que se empezó a generar un tipo de privatización usando como justificación  la resocialización y a cambio de ésta se pone a trabajar a los presos (reducción de la pena), aunque hay que denotar que la mano de obra que ofrecen los presos es mucho más económica que en cualquier lado del mundo.

No hay que ir al norte para ver cómo es que funciona el sistema carcelario, en el cual además de ser una técnica de encierro, se ha convertido en un orden social excluyente. Colombia para el 2007, el 20% de los pobres se queda con el 2,7 del PIB (Producto Interno Bruto), el 20% de la población se queda con el 61% del PIB, el 1,08% de la población posee el 53% de las tierras rurales productivas y 300 familias manejan el 75% del mercado bursátil; entonces ¿qué podríamos decir al respecto?, queda claro que con esas cifras Colombia es el país más desigual del mundo y es ésta desigualdad la que ha hecho peso en los niveles tan altos de pobreza, dando como efecto dominó el aumento de la criminalidad que del año 1998 al año 2008, la variación porcentual de la tasa de delitos fue de 71,95%, es decir, hubieron un 260% más de presos, los cuales un 26,6% eran por delitos que atentaban con la vida e integridad, un 24,8% atentaron contra el patrimonio, un 15,18% por narcotráfico, un 9,54 por delitos sexuales y un 8,45% por atentar contra la seguridad pública; de lo anterior es necesario denotar que el 94% de los presos pertenecen a a hombres jóvenes ya que estos son más propensos a caer a la cárcel, el 96,44% de los presos (tanto hombres como mujeres) no tienen bachillerato y que en el sistema carcelario la resocialización para ellos es nula puesto sólo el 1,4% del presupuesto en sistema penal es ejecutado en cuanto a la educación. Del 96,44% de los presos que entran sin bachillerato apenas 1% al salir de la cárcel logra terminar el bachillerato y sólo un 1% de esa cantidad presenta las pruebas ICFES.

Respecto al trabajo dentro de la cárcel, sólo el 35% de los presos trabajan y principalmente en actividades que no lo cualifican para que cuando salga a la cárcel se integre una actividad laboral; recogiendo, en Colombia las cárceles no resocializan.

CONCLUSIONES:

El Estado de Bienestar propende por lo creación de políticas sociales que le permitan redimir las necesidades de la población.

El Esto Social de Derecho es la mutación del Capitalismo Social.

La clase media ha sido por mucho tiempo la que prácticamente sostiene la economía, ya que son los que se dedican a consumir y consumir

La pobreza es una necesidad de todo Estado para acabar ya que significa que su población no está teniendo una vida digna.

Al no ser capaz un Estado de acabar con la pobreza a través de políticas sociales, le queda el camino de criminalizarla para concentrarla en un solo lugar.

Entre más desigualdad exista en un Estado, más niveles de pobreza existirá y por ende el crecimiento de la criminalidad es directamente proporcional a ésta.

 La política de tolerancia cero da una idea de embellecimiento del ciudadano global y quien no se ajuste a éste y provoque desorden social debe no ser tolerado.

BIBLIOGRAFÍA

BAUMAN, Zygmunt “Ascenso y caída del estado benefactor.” Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Gedisa, Barcelona, (1998) 2005. Pp. 73-98.

BAUMAN, Zygmunt. “La ética del trabajo y los nuevos pobres”. Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Gedisa, Barcelona, (1998) 2005. Pp. 99-128.

WACQUANT, Loic. “Como llega a los europeos la “sensatez” penal”. Las cárceles de la miseria. Ediciones manantial. Argentina. (1999) 2004. Pp. 19-82.

WACQUANT, Loic. “la tentación penal en Europa”. Las cárceles de la miseria. Ediciones manantial. Argentina. (1999) 2004. Pp. 19-82.

LIBARDO ARIZA, José y ITURRALDE, Manuel. “los muros de la infamia”, Prisiones en Colombia y América Latina. Bogotá: Universidad de los Andes., 2011.




[1] Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), México
[2] Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), México
[3] Banco Mundial, 2004, p. 18 - 25
[4] PNUD, 2010, p. 30 - 38




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