EVOLUCIÓN COMO SECTOR PRODUCTIVO Y LEGISLATURA.
(Est. Ciencia política Universidad del Cauca)
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AGRICULTURA COLONIAL:
El desarrollo de la actividad agraria antes del colonialismo español, era de forma artesanal (barbecheo), desarrollada por las múltiples organizaciones indígenas que ya habitaban en la Nueva Granada y encontradas por los colonos, destacándose algunas agrupaciones quienes ya tenían de alguna forma, la agricultura más avanzada que por lo general se agrupaban multifamiliarmente como los muiscas; y otras menos evolucionada conformadas por los recolectores y cazadores.
Ya colonizada estas tierras por los conquistadores, se establecieron figuras económicas como la de los encomenderos[4] -que más tarde se convierten en terratenientes a través de la legislación de 1591-, quienes tenían el poder sobre casi toda la economía de ese entonces: de la producción de la tierra (a ellos les debemos la introducción de buen número de plantas y animales)[5], del manejo de esclavos, las exportaciones, etc., no obstante, se dependía principalmente de la exportación de bienes nativos. Todo este peso económico fue recargado principalmente en los indígenas, quienes en un tiempo -aún todavía en el S. XVI- y debido a la excesiva explotación comenzaron a ‘’extinguirse’’ y que a mediados del S. XVII y durante el S. XVIII ganaba importancia el modo de producción esclavista; este hecho que obligó a la Corona y españoles residentes en las Indias tomar medidas que equilibrara y beneficiaran a todos y se estableció un pacto colonial en donde se comprometían a la fuerza con los intereses locales y a proteger la organización social indígena, aunque más bien era un llamado de atención. Con estos desarrollos en la agricultura colonial), se da la aparición de los arrendatarios en las haciendas y propietarios parcelarios, aparceros y colonos, quienes ejecutaron cambios en la forma cómo se producía internamente, la productividad del trabajo -también el uso de la mita[6]- y de la tierra (uso del azadón metálico, el hacha, el machete, el arado de madera con puntas de hierro, rastrillos con puntas de metal y trapiches muy primitivos): alargamiento de la jornada laboral, movilización de la mano de obra a lo largo de amplias regiones y el establecimiento de otras actividades como la minería, el transporte y los obrajes, surgiendo así la figura de ‘’servidumbre’’. También cabe mencionar las constantes luchas por la obtención de la tierra que estaban en manos de personas con influencia política, que sirvió para el proceso de monopolización que obligó a los campesinos[7] establecerse en terrenos ya cedidos y por lo tanto a pagar a sus dueños en especie y dinero. Poco a poco se fue organizando económicamente la Nueva Granada, centrándose en la minería, la agricultura (cultivo de trigo, cebada, semillas de hortalizas), la ganadería (manifiesta mayor fuerza en el S. XVIII) ‘’todos estos avances de la actividad mercantil resultaron de la creación de nuevos sistemas productivos, en especial la hacienda, que permitió lanzar a la circulación el tabaco, pieles, azúcar y algodón’’[8]; a medida en que se hacía se dejaba de depender menos del comercio monopolista español y se aumentaba el intercambio entre las colonias.
La población criolla tenía impedimentos legales y extralegales en la posesión de tierras debido a los constantes presiones de la gente blanca y mestiza, situación que provoca que se tomen por vías de hecho algunos resguardos indígenas establecidos en la legislación del 1591 y ocupación de tierras laderas (origen de muchos de los pueblos y parroquias de pequeña propiedad), según Kalmanovitz (1988): ‘’ El desarrollo de la pequeña propiedad parcelaria en el Nuevo Reino fue factible sólo en las tierras de los que los criollos acaudalados no pudieron apropiarse jurídicamente, en algunas regiones donde no sometieron la mano de obra y en los terrenos pendientes y de mala calidad’’.
AGRICULTURA DURANTE EL SIGLO XIX Y SIGLO XX:
Durante este periodo se dan un ritmo de ruptura del esclavismo, un fortalecimiento de otras formas y nuevos circuitos de producción y circulación; la hacienda logra monopolizar la tierra -
concesión de baldíos -permanentemente- (Véase cuadro 1) y somete una gran cantidad de población a la servidumbre[9], se funda sobre la opresión sobre mestizos e indígenas y en el congreso de Cúcuta de 1821 se vio como se presionaba al Estado para que disolviera los resguardos indígenas[10]. El congreso aprobó modificaciones en el sistema de tributación (unificación de impuestos: exportación e importación) para promover las exportaciones de bienes agrícolas y pecuarios. La producción de café empieza a dominar el mercado nacional. El café, tuvo muchas incidencias en cuanto al desarrollo de las políticas agrarias del país, como dice Eduardo Nieto (1971):
(Al café) se le debe también otra transformación histórica: el desarrollo y la formación de mercado interno…no hemos tenido que realizar una especial reforma agraria para la creación o ampliación del mercado. En otras naciones fue necesario eliminar el feudalismo mediante reformas agrarias leves o fundamentales…En virtud del café las relaciones entre la agricultura y las industrias urbanas han sido éstas: aquella ha condicionado el desarrollo de éstas.[11]
En la crisis mundial (1928, el precio del café cayó) el Estado tuvo que intervenir, convirtiéndose en representante directo de la Federación y defender el precio interno. Según Kalmanovitz (1988):
Con la expansión del grano entre 1900 - 1925, los exportadores cafeteros se convirtieron con rapidez en el grupo más decisivo en poderío económico y financiero que existía en el país. El nacimiento en 1927 de la Federación Nacional de Cafeteros sólo fue la legalización de un poder que ya de hecho se había forjado y expresado desde 1903 en la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC). A Fedecafé se le confirieron poderes especiales[12] de regulación de los precios internos y de protección cafetero (exportador)…[13]
En 1940, la Federación de Cafeteros y la SAC reclamaban un nuevo estatuto de reglamentación de la aparcería en favor de los terratenientes.
‘’La extensión de la ganadería (…) fue el principal elemento dinámico de nuestra evolución agrícola desde el fin del periodo colonial hasta la gran expansión del café´´[14]. Se halla un desabastecimiento de las necesidades de la industria debido a que la agricultura en este tiempo era incapaz de hacerlo a excepción de la cebada, impulsada por la industria cervecera; en este caso en 1928 se decretó una política de librecambio de agrícola, que intentaba suplir la carencia de alimentos a través de las importaciones; el desarrollo capitalista exigía la destrucción de la economía de subsistencia del agro y que por las rentas en las haciendas reducían el nivel de vida de los arrendatarios, pero surgen nuevas organizaciones políticas propagando las ideas de libertad e igualdad. En 1926, el Congreso afrontó el problema de la propiedad súper latifundia a través de la ley 74 de 1926, donde exigía a los terratenientes probar sus títulos.[15]
De acuerdo a la CEPAL, entre los años 1930-34, 1935 y 1939 la economía del país crece de forma moderada y posiblemente que fue gracias a la tecnificación y modernización (empleo de mano de obra asalariada)[16], avance de la frontera agrícola y la producción de las nuevas unidades a partir de la expansión de la red de caminos, el surgimiento dentro de los campesinos de algunos empresarios capitalistas.
LEGISLACION Y REFORMAS AGRARIAS:
En Colombia se ha ejecutado un sin número de Políticas Públicas a nivel de la actividad agraria, con el fin de impulsar esta actividad como rentable en la productividad interna del país, también, se establecieron con alas de que fuese competitiva a nivel internacional, otras por lo tanto, sirvieron para subsanar algunos conflictos que se vivían alrededor de posesión de tierras; algunas de está ya fueron anterior mente nombradas, sin embargo es necesario destacarlas individualmente.
El Estado fijo las vías por donde debía erguir el desarrollo del capitalismos a través de la ley 200 de 1936, que de forma ambigua prescribía la distribución de la tierra inexplotadas por sus dueños y se le daba diez años para que decidiera explotar sus predios en forma capitalista (con base en el trabajo asalariado); para forzar el cumplimiento la ley prohibía las rentas en trabajo, en especie y el pequeño arriendo en dinero.[17]Esta ley parte en dos la historia del latifundio conformados en el siglo XIX en Colombia (al igual que las disposiciones promulgadas en 1925) reduciéndolos de 50, 100 mil y hasta un millón a mil, cinco y diez mil hectáreas (reflejo del desarrollo capitalista) y de este modo también fomentó la siembra de pastos y el aumento de la ganadería[18].
En el periodo llamado ‘’Revolución en Marcha’’, se introdujeron unos cambios con el fin de lograr unos beneficios económicos; de acuerdo a Absalón Machado en libro El Café, de la Aparcería al capitalismo: ’’Los cambios introducidos por la llamada ‘’Revolución en Marcha’’ no se había limitado a las relaciones de propiedad y producción en el campo. Se intentó modernizar el Estado o, mejor, ponerlo a tono con las nuevas realidades de la vida económica (…) ’’, pero más tarde vendría lo que se llamó la fase de contrarreforma política, surgiendo la ley 100 de 1944 (la ley de la aparcería) que consolidó de forma retrospectiva la reforma de retroceso. [19]En esta ley se prohibía los cultivos permanentes por parte de los aparceros y restableció el pleno derecho a la propiedad, prorrogaba por cinco años más el plazo fijado en el 1936 para el plazo de entrega de la prueba de explotación de las tierras. También esta ley figuró el crédito subsidiado (su volumen se duplicó entre 1940 y194 y se multiplicó por cinco para la ganadería).
Por parte del Estado, se dio una financiación barata para la importación de maquinaria (1945) y asesoría técnica y protección arancelaria, se restringió la competencia extranjera, la Caja de crédito Agrario fue separada del Banco Hipotecario Agrícola (otorgaba créditos a largo plazo)[20]a través de las Leyes 20 y 26 de 1959 y/o emisión de bonos de desarrollo agropecuario (Fondo Financiero Agrario, 1966-1973).
De 1945, la agricultura empieza a expandirse (3,8%) con más velocidad debido a la gran inversión en maquinaria y el auge de la economía nacional en la posguerra; hablando de la producción de caña, esta aumenta un 30% de la superficie geográfica del Valle del Cauca (140.000 hectáreas), se cosecha en mayor medida el arroz y el algodón, se extiende las siembras de cebada y trigo y finalmente la producción lechera también sube.
Existieron unos intentos de reforma agraria, entre ellos la creación del Instituto de Parcelaciones, Colonización y Defensa Forestal; el seguro social creado por la ley 90 de 1946 con el fin de ampliar la cobertura de inclusión de la población indígena y ya en 1950 se fija los salarios mínimos, que determinaba un límite en el grado de explotación laboral.
Los principales planes de desarrollo elaborados en Colombia desde 1936 sugiere, con mucha claridad, que en cuanto hace relación al sector agropecuario el mayor énfasis ha sido enderezado a aumentar los niveles de producción y de productividad de café y de los llamados cultivos industriales. La segunda prioridad ha correspondido al estímulo dado a las exportaciones agrícolas, a lo cual han seguido con intensidad las políticas y programas destinados a incrementar la disponibilidad de alimentos básicos de consumo interno. Es sólo en cuarto lugar y como última categoría que las medidas de reforma agraria aparecen como un elemento principal entre los objetivos de la política agropecuaria colombiana.[21]
Citas del texto:
[4] Esta ley permitió legalizar las ocupaciones de hecho mediante el pago de una determinada suma de dinero (composiciones) a la administración real. La medida autorizó también a los colonos influyentes que, sin ser encomenderos, poseyeran ganado, la legalización de su dominio sobre extensos territorios. KALMANOVITZ, Salomón, Economía y nación… 1988 pp. 30
[5] CASTRO de POSADA, Beatriz (Ed). Ensayos selectos de Antonio J. Posada sobre economía agrícola colombiana.1986. Pp. 73
[6] ‘’…una expansión y consolidación de la hacienda desde la segunda mitad del siglo XVII, en parte como resultado de las modificaciones que fue sufriendo la mita agraria, la que al dispersar la población india posibilitada la absorción de la fuerza de trabajo en las haciendas, en parte de la decadencia progresiva del resguardo, pero también por el proceso de mestizaje que había formado un apreciable núcleo de campesinado pobre’’. BEJARANO, Jesús Antonio. Campesinado, luchas agrarias e historia social en Colombia: notas para un balance histórico. Siglo Veintiuno Editores. México, 1985. Pp. 12
[7] ‘’En cuanto a los campesinos, éstos simplemente no existen, existen ciertamente los indígenas, los esclavos, los encomenderos y los terratenientes, es decir, explotadores y explotados por vía de las instituciones, pero no los hacendados, los trabajadores libres ni los pequeños propietarios, cuya evolución, de nuevo, se sitúa por fuera de las instituciones’’. BEJARANO, Jesús Antonio. Campesinado, luchas agrarias e historia social en Colombia: notas para un balance histórico. Siglo Veintiuno Editores. México, 1985. Pp. 11
[8] KALMANOVITZ, Salomón. Economía y Nación, una breve historia de Colombia. Siglo XXI Editores. Colombia 1988. Pp. 19
[9] Ibíd., Pp. 93
[10] Ibíd., Pp. 103
[12] Entre 1931 y 1935 se aplicó una política de devaluación que permite que el gremio crezca, al igual que su poder adquisitivo. Ibíd., Pp. 336
[13] KALMANOVITZ, Salomón. Economía y Nación, una breve historia de Colombia. Siglo XXI Editores, Colombia. 1988. Pp. 332.
[15] En el siglo XIX varios tipos de coerción pueden haber sido utilizados por los propietarios de tierras con los campesinos, pero éstos eran esencialmente los modos privados de coerción. El Estado nacional no era autoritario en su estructura, ya que podría ser mejor llamado una república oligárquica. En cualquier caso, el Estado era demasiado débil para afectar realmente las realidades de poder a nivel local. El gobierno nacional antes de 1880 mejor podría pensar de una estructura esencialmente formal que haya accedido remotamente a las realidades económicas y sociales locales (traducido). HUBER, Evelyne and SAFFORD, Frank. Agrarian Structure and Political Power: Landlord an Peasant in the Making of Latin America. University of Pittsburgh Press, Eurospan, London. 1995. Pp. 144
[16] Hasta afines de los 60's, la historia agraria del país fue ante todo una institucional en el sentido en que tanto la dinámica del sector agrario como las relaciones de trabajos en el campo, las formas de explotación inherentes a esta, se concebían y examinaban a partir de las instituciones coloniales o de su disolución. Resultaba así que la encomienda, la mita, la esclavitud o el concierto agrario, por fuerza de su evolución en tanto de instituciones y de cierto modo por fuera del contexto de la estructura productiva, acababan explicando tanto la formación del campesinado como las relaciones de trabajo y aún la conformación misma de la economía’’ BEJARANO, Jesús Antonio. Campesinado, luchas agrarias e historia social en Colombia: notas para un balance histórico. Siglo Veintiuno Editores. México, 1985. pp. 10
[17] ‘’…hay un debate acerca de la intención original de la Ley 200 de 1936, que regulaba la apropiación de tierras públicas, es evidente que las grandes hacendados en práctica lograron convertir su aplicación en su beneficio y para infligir grandes costes a los inquilinos (...) que los grandes terratenientes eran un obstáculo importante para el orden político y el movimiento hacia la democratización. Ellos obstruyeron la democratización para forjar una coalición autoritario con el estado a nivel nacional, sin embargo recurrieron a la violencia en el ámbito local para hacer valer su control sobre la tierra, para influir en el estado central para proteger su control sobre la tierra, y al resistir si el Estado central hacía algún intento de cumplir las políticas percibidas como hostiles a los intereses de los terratenientes. Como resultado, incluso el período formalmente democrático y reformista de 1939S era unos fenómenos confinados a la política nacional y tuvo poco impacto sobre la realidad del autoritarismo a nivel local (traducido). HUBER, Evelyne and SAFFORD, Frank. Agrarian Structure and Political Power: Landlord an Peasant in the Making of Latin America. University of Pittsburgh Press, Eurospan, London. 1995. Pp. 15
[18] (…) es una herramienta del trabajo experimental que se realiza por medio de las granjas agrícolas y de los agrónomos ambulantes o de extensión (…) CASTRO de POSADA, Beatriz (Ed). Ensayos selectos de Antonio J. Posada sobre economía agrícola colombiana.1986. Pp. 79
[19] ‘’Entre 1945 y la década de 1970 las élites orientaron y manejaron la política económica con pragmatismo. Terminaron haciendo un híbrido de proteccionismo y librecambismo. El primero, inspirado por la Comisión Económica para la América Latina, CEPAL, y llamado de desarrollo hacia adentro, en contraposición al librecambismo hacia fuera, se justificó después de la bonanza cafetera que concluyó en 1956 con el argumento de que el comercio internacional eran negativos los términos de intercambio de las materias primas. El segundo recomendado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, interesaba especialmente al gremio cafetero y a los exportadores de café’’ PALACIOS, Marco y SAFFORD, Frank. Colombia País Fragmentado, Sociedad Dividida su historia. Grupo Editorial Norma. Bogotá, Colombia. 2002.
Pp. 552
[20] BERRY, Albert. The development of Colombia, agricultura, mimeógrafo. Yale Universit, 1973.
[21] CASTRO de POSADA, Beatriz (Ed). Ensayos selectos de Antonio J. Posada sobre economía agrícola colombiana.1986. Pp. 131.
REFERENCIAS
BEJARANO, Jesús Antonio. Campesinado, luchas agrarias e historia social en Colombia: notas para un balance histórico. Siglo Veintiuno Editores. México, 1985.
BERRY, Albert. The development of Colombia, agricultura, mimeógrafo. Yale Universit, 1973
CASTRO de POSADA, Beatriz (Ed). Ensayos selectos de Antonio J. Posada sobre economía agrícola colombiana.1986.
COLMENARES, Germán; JARAMILLO URIBE, Jaime; TOVAR PINZÓN, Hermes; MELO, José Orlando; BEJARANO, Jesús Antonio; OCAMPO, José Antonio; BERNAL, Joaquín; AVELLA, Mauricio y ERRÁZURIZ, María. Historia Económica de Colombia. Siglo XXI Editores. Bogotá, Colombia. 1987.
HINCAPIE SANTAMARIA, Julio. Algunos Aspectos de la Estructura Económica de Colombia. Editorial Universidad de Antioquia. Medellín, Antioquia. 1959.
HUBER, Evelyne and SAFFORD, Frank. Agrarian Structure and Political Power: Landlord an Peasant in the Making of Latin America. University of Pittsburgh Press, Eurospan, London. 1995.
KALMANOVITZ, Salomón. Economía y Nación, una breve historia de Colombia. Siglo XXI Editores, Colombia. 1988.
MACHADO, Absalón. El café, de la aparcería al capitalismo. Editorial Punta de Lanza. Bogotá, 1977.
McGREEVEY, William Paul. Historia económica de Colombia 1845 – 1930. Colección Aventura del Desarrollo 14. Ediciones Tercer Mundo. Bogotá, Colombia. 1975.
NIETO ARTETA, Eduardo. El café en la sociedad colombiana. Bogotá, 1971
PALACIOS, Marco y SAFFORD, Frank. Colombia País Fragmentado, Sociedad Dividida su historia. Grupo Editorial Norma. Bogotá, Colombia. 2002.
OSPINA VÁSQUEZ, Luis. Plan Agrícola, Bogotá, 1961.
ROBINSON, James; URRUTIA, Miguel. Economía Colombiana del Siglo XX: un análisis cuantitativo. FCE – Banco de la República, Colombia, 2007.
SANTANA CARDOSO, Ciro Flamarion; PÉREZ BRIGNOLI, Hector. Historia Económica de América Latina, I. Sistemas agrarios e Historia Colonial. Editorial Crítica. Barcelona, España. 1979.
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