CRISIS DE LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS
Por: MIGUEL ÁNGEL MARTÍNEZ
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| Imagen sacada de: http://www.uniderecho.com/el-20-de-julio-dia-de-la-independencia-de-colombia-inicia-con-nuevas-mesas-directivas-del-congreso.html |
Es
necesario comenzar por una conceptualización mínima de los que se va a entender
como institución, entonces tomaremos como referencia la cita que hace Alfredo
Rico Chávez en “la crisis de las
instituciones y la capacidad mutante de los partidos políticos” de Giddens
sobre su conceptualización, el cual hace referencia a las tradiciones que se van consolidando con el tiempo, de tal manera
que no sólo se refieren a estructuras del estado, entendidas bajo la lógica del
poder político, el origen de la palabra se relaciona con el término latino trajere,
que significaba transmitir o dar algo a alguien para que lo guarde; en ese
sentido, institución es una entidad que
se presenta en un momento y un espacio determinado, por lo tanto histórico,
que surge de la transmisión, aceptación y reproducción de determinadas
prácticas y tradiciones; un ejemplo simple de lo que es una institución es la familia que es una de las instituciones más representativas de cualquier
civilización. La esencia de las instituciones ha sido en torno a la lucha por
el poder y al impulso de proyectos de sociedad, a través de los cuales se
pretende resolver y enfrentar los problemas colectivos.
Giddens
(1993), señala que la emergencia del sujeto como principal actor y protagonista
del espacio público y el desplazamiento del estado, provocó una erosión en la
credibilidad y la funcionalidad de las instituciones del propio aparato
estatal, al dejar de responder a las necesidades que los propios sujetos
atribuían una solución al estado, como parte de sus obligaciones inherentes;
sin embargo, Bauman (2000) señala
que la modernidad se ha diluido en una nueva dinámica social, en la que el
individuo se reivindica como el principal actor de la sociedad y se retoma la
dicotomía que lo enfrenta con el estado.
Las
crisis de las instituciones políticas se
ha dado principalmente porque el individuo ha tomado una importancia mayúscula
en la arena pública, exigiendo derechos o protagonismo en la política,
evolucionando de manera rápida, ante un modelo de estado con instituciones que
se rezagan y no responden al nuevo orden social, por lo que pierden
operatividad, sentido e incluso credibilidad por parte de los ciudadanos, también
porque las instituciones siguen funcionando de manera tradicional ante una
dinámica social que deja atrás aquellas prácticas que son consideradas viejas o
caducas, al no responder a las nuevas necesidades que la propia estructura
social, política y económica plantea. Bauman indica que el desgaste, pero no
agotamiento de la modernidad provoca una crisis en las instituciones que
pierden solidez y peso en sí mismas, y quedan atrás ante una sociedad cuyas
demandas y dinámica no cesan, por lo tanto las instituciones se vuelven
líquidas, sus objetivos y razón de ser pierden vigencia y efectividad.
De
acuerdo a Douglass C. North (1993), las instituciones tienen tres características que deben
garantizar su permanencia y hacer cumplir con su papel que son:
- Calidad
- Eficiencia
- Estabilidad
Sin
embargo, son influidas por cuatro
factores:
1. Condiciones estructurales (territorio, población, recursos, etc.)
2. Cultura,
tradiciones y costumbres de la sociedad.
3. Comportamiento,
respuesta, toma de decisiones individuales y colectivas de grupos sociales
frente a incentivos y prohibiciones de instituciones, ya sean mercantiles o no.
4. Pactos políticos
que establecen la sociedad, el estado alrededor del poder político y el control
del estado.
Las
crisis institucionales pueden sortearse conciliando una relación entre la sociedad y el aparato del estado, pues cada uno de estos elementos está
relacionado intrínsecamente y deben ajustarse a sí mismos con el fin de
propiciar o conservar un orden, por lo tanto, el reto que tienen las
instituciones según Cárdenas es “perfeccionar los mecanismos institucionales de
la democracia, para que los diversos grupos sociales y partes de la nación
reciban un trato de equidad que haga factible la unidad en la diversidad y
procure un desarrollo armónico e igualitario.”
Según José Eduardo Jorge, a
pesar de la crisis de las instituciones el gobierno y los medios de
comunicación se muestran capaces de recuperar la confianza pública. Sin
embargo, la crisis de los partidos y el impacto de la televisión están
acentuando los fenómenos de "personalización de la política" y de la
"democracia de candidatos". Andrés Ollero[1] en
“nueva revista de cultura, arte y
política” de la Universidad Internacional de la Rioja, actualmente la
crisis económica ha mutado también en crisis política, provocando un
desprestigio de las instituciones y la desconfianza de los ciudadanos en los
poderes públicos, también “…cree que una causa importante del descrédito
proviene también del desconocimiento que tiene la ciudadana sobre las funciones
de las instituciones políticas”.
En
la época republicana existían instituciones que, sin ser perfectas, funcionaban
ya que una institución puede ser muchas cosas, tales como instituciones formales e informales y, en ambos casos, son siempre construcciones sociales. Se buscaba que fueran eficientes o sea, que fueran capaces de funcionar con calidad, tener
legitimidad, poder de adaptación a las mutaciones del entorno y de anticiparse
a los cambios y, además, mostrar estabilidad. Todos estos componentes deben
actuar conjuntamente si se quieren obtener resultados.
El primer rasgo de la
crisis de las instituciones políticas actuales es la pérdida de legitimidad
democrática y ésta se caracteriza por la falta de confianza política de los
ciudadanos en las mismas, lo que está afectando a sus resultados y a la
aceptación de la democracia; la pérdida de confianza se basa en la falta de
credibilidad, justicia, competencia, transparencia y apertura ante puntos de
vista distintos de las instituciones públicas. La confianza en las
instituciones es el indicador central del sentimiento básico de los ciudadanos
sobre su sistema político y sus gobernantes; sin confianza en el gobierno, en
las instituciones públicas y en la justicia de sus decisiones no es posible que
la sociedad, ni la economía, ni el gobierno funcionen correctamente, por lo que
es necesario soldar esa fractura.
El
resultado en muchas democracias avanzadas es desilusión, frustración, apatía,
alienación y alejamiento creciente de las instituciones políticas y de sus
integrantes, así como la aparición de grupos o movimientos antisistema, muchos
de ellos antidemocráticos.
La crisis de gobernabilidad democrática se
caracteriza por la disfuncionalidad de las instituciones para solucionar democráticamente
los conflictos y ponen en evidencia las tensiones existentes entre los requisitos
de la democracia y los de la gobernabilidad. La crisis de la gobernabilidad democrática y la inestabilidad de las
instituciones son características de las democracias participativas que
requieren de la implantación de programas de desarrollo humano para mejorar sus
sistemas de gobernabilidad.
Fernando
Dámaso plantea el caso cubano, donde el poder jurídico dejó de ser independiente y,
al igual que el legislativo, se subordinó al ejecutivo, representado por una
autoridad única, lo que desestabilizó la función que en esencia tiene cada
institución del estado. Aquí las instituciones jurídicas
responden únicamente a los intereses del estado en detrimento de los de los
ciudadanos sin que exista un verdadero estado de derecho. En Colombia por
ejemplo en “la última gran encuesta”
se mostró que la confianza de los colombianos en sus instituciones está en los
niveles más bajos, exceptuando a las iglesias
y a las fuerzas armadas (56%). En cuanto al Congreso de la República, la
justicia, las Altas Cortes, la Contraloría, la Procuraduría, los medios de
comunicación y los partidos políticos, así como sus representantes, no cuentan
con la confianza y favorabilidad de los colombianos.
Históricamente
las crisis de las instituciones han tenido que ver con:
a). la crisis de
los energéticos y del agua
b). el
calentamiento global
c). los
atentados contra las torres gemelas
d). la primavera
árabe
e). los muertos
por la guerra contra el narco
f). los millones
de pobres
g). los
feminicidios
h). el auge de
nuevas religiones,
i). entre otras…
Continuando
con Alfredo Rico Chávez, si bien la
crisis de las instituciones políticas es provocada principalmente por el descrédito y la desconfianza de los ciudadanos, al mismo tiempo, siguen manteniendo
la presencia hegemónica en el espacio político y muchos de los actores,
prácticas y mecanismos de funcionamiento y representación, reaparecen en las
organizaciones o agrupaciones que pretenden sustituirlos.
[1] Filósofo, jurista español, catedrático de filosofía del
derecho y magistrado del Tribunal Constitucional



